Tras una intervención de cirugía estética puede suceder que aparezcan bajadas de ánimo o incluso pequeños estados depresivos. Ambas situaciones tienen un denominador común: suele durar muy pocos días.
Y es que la alteración de la imagen corporal producida después de una cirugía puede ser un impacto que cuesta encajar en un primer momento. Este cambio producido necesita de un periodo de adaptación. La primera visión que se tiene de las zonas operadas no ayuda en este proceso ya que el tejido puede tener moratones o hinchazón. Un hecho que no tiene nada que ver con el que será el resultado final. La ansiedad y el estrés también afectan y mucho en este proceso de cambios.
Aunque estos cuadros depresivos pueden aparecer; la mayoría de las pacientes no los sufren y comprenden que tras una operación el cuerpo reacciona de determinada manera hasta que pasan unos días.
Pero si notamos o tenemos alrededor esta situación lo más importante es: