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La alopecia siempre ha sido una de las mayores preocupaciones de los hombres a nivel estético. Lucir un cuero cabelludo frondoso es, a partir de determinadas edades, un privilegio del que solo un porcentaje mínimo de varones puede disfrutar.
A pesar de que la pérdida de cabello es una cuestión superficial, en principio, no lo es tanto cuando quien la sufre ve una relación directa con el paso del tiempo y con el envejecimiento: cada vez que se mira al espejo, ve una fotografía en la que aparece u observa que la caída es cada vez mayor. Esto le remite a una sensación que va más allá de la mera apariencia y que tiene, en algunos casos, connotaciones existenciales.
El principal motivo de la caída de cabello en los hombres se debe a la denominada alopecia androgenética (en torno a 9 de cada 10 casos). Se trata de un cúmulo de factores hormonales y de carácter hereditario que afectan de manera exclusiva a las partes frontal y superior de la cabeza, haciendo que el pelo en esa zona se debilite paulatinamente hasta caer.
Los síntomas más habituales de la alopecia son la caída diaria de más de 100 cabellos y el debilitamiento del mismo.
En un primer momento, lo que se aprecia son las famosas entradas; más tarde es la zona de la coronilla la que empieza a despoblarse de cabello, y por último desaparece de toda la cabeza a excepción de las zonas laterales y la más cercana a la nuca.
Los diferentes grados de alopecia pueden afectar al cuero cabelludo o a distintas zonas de la piel, como las pestañas, axilas, región genital y barba.
Como ya hemos mencionado, lo habitual es encontrarnos con casos de alopecia androgénica, que es la que conocemos como la calvicie común y es responsable de cerca del 95% de los casos. Afecta principalmente a los hombres y con muy poca frecuencia a las mujeres. Se caracteriza por ser un tipo de alopecia con formas no cicatrizales que son potencialmente reversibles.
Por el contrario, nos encontramos con la alopecia cicatrizal que produce una destrucción del folículo piloso, por lo que resulta irreversible.
Cuando hablamos de alopecia androgénica destacan dos factores principales como posibles causas, el hormonal y el genético. Aunque también se ha valorado la existencia de un componente hereditario en el que aún no se conoce el gen responsable, ya que es una herencia poligénica dominante.
En el caso de ser causada por un factor hormonal, esta depende fundamentalmente de la hormonas masculinas o andrógenos que dañan los folículos del cabello predispuestos de manera genética a sufrir afecciones. Así, los andrógenos provocan una miniaturización progresiva hasta generar su atrofia completa o fibrosis.
Si la alopecia androgénica proviene de un factor genético, esta encuentra sus causas en los antecedentes familiares predispuestos a sufrir pérdida del cabello, ya sea en el cuero cabelludo o en otras zonas del cuerpo.
Lo cierto es que existen múltiples causas que originan la pérdida de cabello, tales como una dieta carente de nutrientes esenciales, problemas de tiroides, déficit de hierro, estrés, infecciones, anemia, cosméticos, etc.
Dentro de las alopecias no cicatriciales, las cuales pueden corregirse, existen otros tipos aparte de la androgénica que presentan diferentes grados de severidad:
Sus causas no están claramente definidas, pero se cree que puede desencadenarse por situaciones de estrés o tener un trasfondo autoinmune.
Esta se diferencia del resto de alopecias porque es habitual que el pelo caído vuelva a crecer en unos meses.
Por su parte, cuando se trata de una alopecia cicatrizal nos enfrentamos ante un caso irreversible, ya que se ha producido un daño muy grave que malforma o rompe totalmente la estructura folicular del cabello. Normalmente se producen por causas infecciosas, agentes químicos, tumores o problemas de dermatosis.
Según la escala de Norwood-Hamilton existe una lista que hace referencia al grado de alopecia masculina que cuenta con 7 grados según su intensidad:
Aunque la alopecia androgénica no es muy común en mujeres, sigue siendo un problema silencioso que en realidad afecta hasta a un 20% de las mujeres en España que tienen 50 años. Incluso, el porcentaje de mujeres afectadas asciende a alrededor del 42% después de cumplir los 60 años.
Para identificar los diferentes grados de alopecia femenina, hay que observar la escala de Ludwig, que es la más utilizada.
Esta identifica tres grados de alopecia androgénica femenina en los que la pérdida del cabello pasa de mínima a notoria, para luego denominar una fase en la que ya se presenta un estado avanzado de calvicie. También señala una variante conocida como fase frontal en la que la pérdida de densidad y de cabello se produce de manera intensa en la zona frontal.
Así, nos encontramos con lo siguientes tipos:
Desde la Clínica Estética del Dr. Castro Sierra siempre recomendamos que la mejor solución es aquella que previene de manera anticipada un mal mayor. Por ello, seas hombre o mujer, si empiezas a notar una cierta pérdida preocupante de volumen y densidad de tu cabello, la mejor opción es acudir rápidamente a un especialista.
Ten en cuenta que cuanto antes se trate el problema, más rápida y efectiva será la solución para tu tipo de alopecia.
Cuando tratamos un caso de alopecia, es importante valorar si se trata de una pérdida del cabello brusca o crónica. Es decir, si existe un tiempo prolongado en el que el paciente va perdiendo progresivamente sus folículos pilosos.
En ocasiones, la pérdida de cabello aguda o crónica se produce simultáneamente. Por ello, es importante estudiar las causas de esa pérdida. Si proviene de determinados fármacos, alteraciones hormonales o causas genéticas o metabólicas, tales como dietas de adelgazamiento, cambios de alguna sustancia como vitaminas, etc.
Lo cierto es que la mayoría de los pacientes que acuden a nuestra clínica lo hacen por causas genéticas. En este caso en concreto, se trataría de una alopecia androgénica. Esta se produce, generalmente, por antecedentes familiares con pérdida de cabello de origen genético en zonas circunscritas, produciéndose principalmente en el cuero cabelludo.
Para este tipo de paciente, hoy en día existen tratamientos que pueden revertir esta pérdida de cabello. Dicho tratamiento dependerá de la severidad del proceso del paciente. Si es leve, se suele empezar con tratamientos locales y suaves para frenar la caída progresiva del cabello.
En caso de tratarse de una afectación más importante, se suelen aplicar tratamientos que actúan a nivel hormonal. Estos tienen el objetivo de frenar la acción de unas hormonas que fisiológicamente están en sangre y que actúan de una forma anómala en localizaciones como el cuero cabelludo. Estas anomalías permiten a las hormonas actuar, por una predisposición genética, de manera exagerada causando la pérdida del cabello.
Cuando la alopecia androgénica se encuentra en estado grave, suele tratarse con cirugía por medio de implantes capilares, enfocados en corregir zonas en las que la densidad del cabello es mucho menor.
Por fortuna, el implante capilar puede revertir esta situación si el grado de alopecia no es extremo. Para informarte más acerca de este tema Clínica Ruber Castro Sierra te ofrece una primera consulta gratuita.
Estudiaremos tu caso en profundidad para encontrar el tratamiento más adecuado y efectivo según el tipo de alopecia que tengas.