Menos horas de sol, las bajas temperaturas y los resfriados acechando detrás de cada esquina, los días grises…aparentemente, el invierno nos proporciona muy pocas alegrías. Sin embargo hay determinados casos en los que el invierno se convierte en la época del año perfecta según qué fines; uno de ellos es la cirugía estética. De hecho, en las clínicas de cirugía plástica y medicina estética se puede observar un incremento del número de pacientes durante estas fechas.
En primer lugar, es importante destacar que no hay ninguna época del año en la que un paciente no pueda someterse a una operación de cirugía estética, pero sí es cierto que algunas son más propicias que otras.
La principal de las razones es la menor exposición al sol: el astro rey se presenta menos tiempo y mucho más tímido en invierno y, por si esto fuera poco, nosotros nos vestimos con prendas que apenas le permiten alcanzarnos. La exposición al sol, cuyos efectos son negativos en la cicatrización, se torna en invierno en prácticamente nula.
Otro de los motivos es la menor actividad física: si bien es cierto que hay quienes nunca descansan de sus rutinas deportivas, sean cuales sean las circunstancias meteorológicas, el invierno no invita a lanzarse a la calle para correr, hacer ciclismo o para realizar cualquier otro tipo de actividad física al aire libre, y en los gimnasios las “urgencias” son menores por la lejanía relativa del verano, época en la que más lucimos figura. Esto resulta muy importante, pues es necesario respetar los periodos de inactividad propios de determinados postoperatorios si queremos que el resultado final de una cirugía sea el óptimo.
Si piensas en someterte a algún tipo de cirugía estética, quizá este sea el mejor momento: no dudes en acudir a Clínica Ruber Castro Sierra y recibir información acerca de cualquier especialidad en una primera consulta gratuita.