En pasados blogs comentábamos cómo el auge de las redes sociales y los selfies ha incrementado el número de operaciones estéticas. Cada día más pacientes visitan nuestra clínica de cirugía estética en Madrid.
Muchas personas preguntándonos por intervenciones faciales como la rinoplastia, la blefaroplastia, el lifting o el rejuvenecimiento facial. Sin embargo, esta tendencia y necesidad del ser humano de gustar a los demás y a uno mismo no es una novedad de este siglo. De hecho, persigue a los hombres desde sus primeros pasos. La cirugía estética de Cleopatra es un claro ejemplo.
Si, aunque en el año 69 a.C. no hubiera aún modernas cámaras de fotos ni redes sociales, los habitantes del planeta, reina incluida, se preocupaban por ser seres bellos y, sobre todo, por ser recordados durante la eternidad como tal.
Y así, mientras que innumerables obras de teatro, decenas de biografías, una veintena de películas y cientos de obras pictóricas esculpen el mito de la belleza de Cleopatra en las paredes de la memoria popular, pocos saben cómo era.
A pesar de la creencia popular, la belleza de Cleopatra no es más que un mito. Ninguna fuente antigua menciona que fuese una mujer guapa. Las descripciones de la época destacan tanto su carisma como sus habilidades sociales, pero nunca su físico. Plutarco, uno de los grandes historiadores durante el gobierno del emperador Claudio aseguraba: “Su trato tenía un atractivo inevitable, y su figura, ayudada de su labia y de una gracia inherente a su conversación, parecía que dejaba clavado un aguijón en el ánimo”.
Si bien en aquella época no podemos comparar la cirugía estética de Cleopatra con las intervenciones faciales modernas como las de hoy, la última reina del Antiguo Egipto cambió atributos de su cara y se hizo a sí misma una rinoplastia en toda regla. ¿Cómo? Rodeándose de artistas que retrataran el ideal de belleza con el que quería ser recordada. Así, consiguió “moldear” su nariz aguileña y además “aumentar” su estatura y “quitarse” unos kilos. Cambió su imagen y memoria para siempre.
Esta es la diferencia entre la Cleoplatra sin cirugía, y la cirugía estética de Cleopatra.