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Cuando llega el calor, una de nuestras principales preocupaciones es cuidar nuestra piel cuando la exponemos al sol. Proteger los lunares del sol es imprescindible, es recomendable utilizar protectores específicos para la piel y comprender el efecto del sol sobre esta zona de nuestro cuerpo.
A continuación, vamos a analizar la aparición de lunares por el sol y cómo podemos proteger nuestra piel en verano.
Los lunares son pequeñas manchas, generalmente de color marrón o negro, que aparecen en la piel. Son muy comunes y la mayoría de las personas presentan varios lunares que pueden variar con el paso del tiempo. Los lunares son causados por la acumulación de células de pigmento (melanocitos) en un área específica de la piel.
Los lunares pueden variar en tamaño, forma y color, algunos son planos y otros sobresalen de la piel. El color puede variar desde un tono rosado hasta un marrón oscuro o negro.
La mayoría de los lunares aparecen durante la infancia y los primeros 25 años de vida de una persona. Es normal que los lunares cambien de apariencia o desaparezcan con el tiempo, sin embargo, no todos los cambios en los lunares son normales y algunos pueden ser signos de melanoma, un tipo grave de cáncer de piel. Es importante que conozcamos la apariencia de nuestros lunares y busquemos atención médica si percibimos cambios en su tamaño, forma, color, o si un lunar comienza a picar.
La exposición al sol puede desempeñar un papel importante en la aparición de nuevos lunares y en cambios en los ya existentes. Los rayos ultravioleta (UV) del sol pueden causar daño en la piel a nivel celular y pueden provocar que los melanocitos, las células que producen pigmento en la piel, se multipliquen o se agrupen, formando un lunar.
Normalmente, los lunares comienzan a aparecer durante la infancia y la adolescencia, una persona puede tener entre 10 y 40 lunares para cuando llega a la edad adulta. Aunque la mayoría de los lunares son inofensivos y no causan problemas, algunos pueden cambiar con el tiempo o desarrollar características anormales, especialmente si la piel ha estado expuesta al sol de manera prolongada y sin protección.
La exposición al sol no solo puede aumentar el número de lunares, sino que también puede influir en su apariencia, los lunares pueden oscurecerse o aclararse, y pueden crecer en tamaño. Además, los lunares que aparecen debido a la exposición al sol suelen ser más grandes que los que no están relacionados con el sol.
Aunque la mayoría de los lunares son inofensivos, algunos pueden convertirse en un melanoma al cambiar en tamaño, forma o color, este tipo de cambios pueden ser más comunes en los lunares que han estado expuestos al sol, por lo que es crucial tener en cuenta la exposición al sol al considerar el riesgo de melanoma.
Proteger tu piel del sol es un paso importante para prevenir el desarrollo de nuevos lunares y cambios potencialmente dañinos en los existentes. Estos son los consejos básicos que debes seguir para proteger la zona pigmentada de la piel:
Además de estas medidas de protección solar, es importante realizar autoexámenes de la piel regularmente para detectar cambios en la apariencia de los lunares existentes o la aparición de nuevos lunares. Si observas algún cambio o si tienes algún lunar que te preocupa, debes consultar a un dermatólogo para que lo evalúe. Un diagnóstico temprano es clave para tratar efectivamente el cáncer de piel, incluyendo el melanoma.
La aparición de lunares por el sol es común, sin embargo, es imprescindible llevar a cabo un examen periódico de la piel, para evitar problemas graves.
Detectar el melanoma en sus primeras etapas es crucial para un tratamiento eficaz, es importante hacer un autoexamen regular de la piel para identificar nuevos lunares o cambios en los existentes. Los dermatólogos recomiendan la regla del ABCDE para evaluar los lunares:
Realiza autoexámenes de la piel regularmente y consulta a un dermatólogo si ves algún cambio sospechoso. También es recomendable hacerse un examen de piel completo por un dermatólogo cada año, o más a menudo si tienes factores de riesgo para el melanoma, como tener muchos lunares, tener lunares atípicos, antecedentes de quemaduras solares graves o antecedentes familiares de melanoma.
Recuerda, no todos los melanomas siguen estas reglas exactas, por lo que es importante informar a tu médico sobre cualquier cambio en la piel. El diagnóstico y tratamiento tempranos son claves para un buen pronóstico en caso de melanoma.
Sí, es posible eliminar los lunares a través de procedimientos quirúrgicos. Aunque la mayoría de los lunares son inofensivos y no necesitan ser eliminados, hay situaciones en las que puede ser recomendable la eliminación de un lunar:
La eliminación del lunar generalmente implica uno de estos dos procedimientos quirúrgicos:
Es importante recordar que cualquier procedimiento quirúrgico conlleva riesgos y la eliminación de un lunar puede generar una cicatriz. Además, aunque la eliminación de un lunar puede reducir el riesgo de desarrollar melanoma si el lunar es atípico, no elimina completamente esta posibilidad y todavía será importante proteger la piel del sol y realizar evaluaciones regulares de la piel.
Es común pensar que solo necesitamos proteger nuestra piel del sol durante los meses de verano, cuando el sol emite más radiación, sin embargo, la protección solar es importante durante todo el año por varias razones.
Aunque los rayos UVB (que son los principales causantes de las quemaduras solares) son más fuertes durante los meses de verano, los rayos UVA están presentes con una intensidad relativamente constante durante todo el año. Los rayos UVA pueden penetrar las nubes y el vidrio y son responsables del envejecimiento prematuro de la piel, contribuyendo al desarrollo de cáncer de piel.
Además, la nieve y el agua pueden reflejar los rayos UV y aumentar la exposición solar, lo que significa que incluso en invierno o en días nublados, puedes estar expuesto a niveles significativos de radiación UV.
En relación a los lunares, aunque tener lunares no aumenta tu sensibilidad al sol, las personas con muchos lunares son más propensas a desarrollar melanoma, el tipo más grave de cáncer de piel. La exposición al sol, especialmente las quemaduras solares durante la infancia, puede aumentar el riesgo de melanoma.
Por estas razones, proteger tu piel del sol es importante durante todo el año. Recuerda que cualquier nivel de radiación puede ser perjudicial para la piel, si no cuentas con la protección adecuada.
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