Cada vez son más las personas que o bien pasan por algún tipo de cirugía o se plantean pasar por ella. La tendencia es claramente ascendente, probablemente porque cada vez son menos agresivas para nuestro cuerpo, la tecnología avanza a pasos agigantados y poniéndonos en manos de profesionales el resultado es muy gratificante.
Los beneficios que más vamos a notar son dos, por un lado la mejora evidente de nuestro estado físico y por otro lado en el terreno psicológico, ambos están estrechamente relacionados.
Nada tiene de malo querer verse a si mismo y de cara a los demás más atractivo/a, ni ese deseo de sentirse uno mejor gracias a la ayuda de la cirugía estética. Sea cual sea el motivo, el hecho de pasar por el quirófano supone una mejora en la apariencia del paciente, algo que repercutirá positivamente en su estado anímico, así como en su autoestima. Esto hará que sus relaciones de pareja, sociales o incluso laborales mejoren, viéndose reflejado en un aumento de la calidad de vida.
Las recomendaciones generales a la hora de pasar por una operación así, son las siguientes:
– Tomarse un tiempo para tomar la decisión.
– La intervención quirúrgica deberá llevarse a cabo en un quirófano correctamente equipado y por especialistas bien cualificados.
– Planificar con antelación la operación, teniendo en cuenta que se necesitan unos tiempos para la recuperación, por lo tanto debemos evitar fechas con acontecimientos importantes, viajes, fiestas… deben de ser épocas tranquilas en tu calendario.
– Conocer perfectamente la operación a la que nos sometemos. Su desarrollo, tiempos de recuperación, riesgos, posibles complicaciones…
– Enfrentarse a la operación en un estado pleno de confianza y tranquilidad.